Beneficios de la natación
El programa de natación terapéutica es un programa de educación para la salud del que se derivan importantes beneficios para la misma, desde el punto de vista físico y psicosocial; la mayoría de los usuarios de los programas de movilidad de carácter lúdico acuden con la intención de mejorar su salud y lo consiguen, pero en mucha menor medida que los del programa de natación terapéutica; el sistema sanitario no ofrece una respuesta adecuada a las necesidades de salud relacionadas con la movilidad; el programa de natación terapéutica surge como respuesta desde la sociedad a sus propias necesidades de salud, y el ámbito comunitario constituye un espacio de trabajo para la fisioterapia.
- Su mayor aporte está en el sistema cardiorrespiratorio, es una de las actividades aeróbicas por excelencia, junto a correr, y caminar. Sin embargo el beneficio en la natación puede ser mayor que las otras dos para ciertas personas, ya que eliminamos los impactos articulares que se producen al correr o al caminar, y no produce osteoporosis como sí hace el ciclismo.
- Siguiendo con el aparato circulatorio, la natación también estimula la circulación sanquínea y, por tanto, ayuda a mantener la presión arterial en los valores idóneos.
- Pasando al sistema muscular, como he dicho antes, la natación estimula tanto tren superior como inferior, por lo que me atrevo a decir que es la actividad aeróbica más completa a nivel muscular.
- En cuanto al tejido óseo, se puede pensar que, al no haber impactos, la natación puede provocar osteoporosis, pero no es así, ya que las tracciones con los músculos en los huesos de nuestro cuerpo también hacen que se fortalezcan, no solo los impactos son efectivos.
- Debido a los movimientos y a la postura que se adquiere nadando, ayuda a una reestructuración de la columna vertebras, y por tanto va a mejorar la postura.
- También va a mejorar notablemente la coordinación motriz.
- Por último, en el aspecto psicológico, la natación también ha demostrado tener una importante influencia, en el estudio de Rebollo, los participantes en el mismo comentan que se encuentran “más libres de las ataduras que se derivan de sus enfermedades, que se sienten más interactivos, mantienen mejores relaciones con los demás y tienen más ganas de vivir”. Hay que tener en cuenta que esos sujetos tienen enfermedades crónicas y la mayoría comenzaron el estudio con claros síntomas de depresión.
Natación y su relación con la mortalidad y la morbilidad
Además de todos los beneficios que hemos comentado, desde hace unos pocos años hasta ahora se han investigado, a través de estudios longitudinales, cómo afecta la práctica de la natación a la tasa de mortalidad (riesgo de muerte prematura en las personas) y de morbilidad (incidencia de enfermedades según va envejeciendo la persona) de los practicantes de esta disciplina.Hay muy poca investigación en el campo de la natación relacionada con la mortalidad, pero Nancy Chase et al. realizaron un estudio longitudinal desde 1971 hasta 2003. ¿Qué es un estudio longitudinal? Significa que en 1971 se recogieron datos de ciertas personas, 40.547 hombres de entre 20 y 90 años en el caso de esta investigación y, tras un periodo de tiempo, 32 años en este caso, en 2003 se analizan dichos datos que se tomaron y se comparan con los actuales. En este caso les interesaba la tasa de mortalidad, por lo que redujeron la población de estudio a las 3.386 personas que habían muerto de la población inicial de este estudio.
Primero se dividieron a los participantes que quedaron en cuatro grupos: sedentarios, corredores, nadadores o que sólo salían a andar. Con lo que pretendían ver qué disciplina deportiva tenía más influencia con la mortalidad sufrida por estas personas. Evidentemente en todos esos años, hay muchos más factores que pueden influir en las muertes de estas personas, por lo que también se dividió a los participantes por edad, índice de masa corporal, consumidores de tabaco, de alcohol y personas con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares. Teniendo todo esto en cuenta, ¿cuáles fueron los resultados? Resultó que los nadadores eran los que menor riesgo de mortalidad presentaban, concretamente, tenían un 53% de menor riesgo de mortalidad que los sedentarios, un 50% de menor riesgo que los que salían a andar, y un 49% de menor riesgo que los corredores, datos muy significativos todos ellos, y todo esto teniendo en cuenta los demás factores que he mencionado antes.
El análisis de la morbilidad va de la mano al de la mortalidad, ya que las muertes que son producidas por un sumatorio de enfermedades que vamos sufriendo con la edad, es decir, cada vez somo un blanco más fácil para las enfermedades, y el conjunto de todas ellas es lo que produce la muerte, no existe una muerte natural o por envejecimiento, como se dice normalmente. Por tanto, podemos concluir que esas personas un una menor tasa de mortalidad, también tenían una menor tasa de morbilidad.
Por tanto la conclusión está clara, los nadadores tienen una menor tasa de mortalidad que los sedentarios, e incluso que los demás deportistas, por lo que, definitivamente, merece la pena practicar este deporte. Algo que no solo defiendo yo, sino también el autor Steven Blair, y me gustaría finalizar este artículo con sus palabras:
La natación proporciona una alternativa saludable a los tradicionales modos de ejercicio para mejorar la capacidad cardiorrespiratora y la salud de la población general y de los pacientes de enfermedades crónicas. La natación puede ser una buena alternativa de ejercicio para las personas que no pueden participar en el running u otras formas de actividad física.
FUENTE, entrenamientocom
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