domingo, 14 de julio de 2013

Correr, comer,vivir, Scott Jurek (libro)

Maravilloso.
Esa es la primera palabra que se me vino a la cabeza cuando comencé a leer este libro.

 Conocia algo de Scott Jurek gracias a las refrencias sobre él de otro libro, y porque busqué quien era.

Pero no me imaginaba que me iba a zampar su libro como sí estuviera hambrienta. Y lo hice. Me senté y me lo zampé como sí fuera un pastel. De un solo bocado.


Comencé encantada, leyendo, o absorbiendo, cada palabra. Habia tantas y tan buenas frases, tantos y tan buenos consejos, que mi hoja de anotaciones, parecia un calco del índice.

Luego empezó a contarnos los problemas de su infancia y juventud. Su vida no ha sido fácil y ha peleado por cada centímetro tanto sobre el suelo, como sobre la vida. Pero, no sé por qué me comenzó a cansar.
Supongo que también era por el lenguaje, barrio-bajero, que utiliza. Muchas de esas palabras no las habia oido en mi vida  (me leí el libro en inglés y los profes no suelen enseñarnos palabroncios). Pero, sin embargo, luego cambió y  era exactamente lo que esperaba: consejos para entrenar mejor, su experiencia en las carreras, los entrenamientos y algunos pluses más.

Añado que me gustan las recetas que pone al final de cada capitulo. No te cuenta las bondades de comer sólo vegetales, ni te empuja a que lo hagas, simplemente, te suelta la receta, tal cuál. Eso si, son diferentes y si las pruebas, puedes darte cuenta de que es posibe comer vegetariano y sentirte fuerte, satisfecho y ligero. (esto te lo digo yo, que lo he probado) Aunque hay fragmentos en los habla de su lento descubrimiento e incorporación al mundo vegano, por otra parte era de esperar, como dice muy clarito el título. Eso era lo que yo esperaba, también.

Me entusiasma que a este corredor le guste leer literatura existencial, algo que comparto,  ya que :" Los existencialistas no creian en vivir la vida sólo con la cabeza. Me desafiaban a rechazar todos los artificios y las espectativas de los demás, y a crear una vida con sentido". ¡Olé. ahí!

 Y he aprendido de las palabras de su tio Dan el Hippie, una verdad como un templo:
"Me explicó que la  sencillez  y la conexión con la tierra nos hacían felices y nos daban libertad y como gratificación, nos hacían mejores corredores", que también es algo que dicen los tarahumaras

Otro de mis muchos pasajes favoritos es:
 Shapiro decía: «Si tu mente está sucia, puedes correr 10000 km, pero ¿adónde habrás llegado? Si corres un kilómetro, pero tienes un compromiso apasionado con el mundo, ¿a quién le importan los otros 9999?».

Además le agradezco los buenos consejos que da a los corredores, que mencione mutitud de libros que estoy deseando leer, y que nos hable de una página de música para poder escucharla mientras corremos, porque está organizada por min/km ( http://jog.fm/  )

Y la aclaración de lo que hacen en otros paises con los que hacen trampa en las carreras, o llegan con ayuda de otros: los descalifican, simple y llanamente. Ya nos gustaría aquí...

En definitiva, un libro maravilloso, que me ha aportado multitud de conocimientos, y sobre todo, averiguar que no me ha defraudado nada Scott Jurek, ni como corredor, ni como escritor, ni, y esto es lo más importante, como ser humano. Es de esas pocas personas a las que merece la pena conocer.




Pero hay otra cosa chocante, también habla de una banda, que es un calco de la secta de los cabrones adúlteros grillados gilipollas meretrices tan conocida en estos pagos. Los de por aquí son como una recreación de sodoma-y-gomorra, (además de ser unos tramposos donde los haya),  aparte de la diferencia de nombre con el grupo americano, todo lo demás recuerda, punto por punto, lo que pasa aquí  con la secta del  perturbado-psicópata-degenerado-esquizo-paranoico-depravado, aunque la secta de este demente grillado mafioso,  gigantesco manipulador, mentiroso compulsivo, es mucho peor, si cabe, por las muchas ramas capta-lerdos, quedadas-ad-hoc, adeptos descerebrados-putones-putófilos-derrelictos y foros supuestamente de atletismo, que le siguen a pie juntillas:

Pero la banda actual más famosa (y más infame) de corredores supuestamente espirituales es probablemente el grupo conocido como Locura Divina. Sus miembros tienen un «compromiso» económico mensual con el grupo. Su fundador y líder, Marc Tizer, alias Yo, anima a vivir en comuna, a practicar la ultracarrera y el amor libre. En mitad de las carreras de entrenamiento del grupo, les añade kilómetros extra para favorecer su adaptación. Es capaz de diagnosticar los problemas de sus corredores cogiéndoles y apretándoles los brazos, y también de esa manera es capaz de saber qué tipo de zapatillas de carrera deben utilizar, o con quién se tienen que acostar. Comen y duermen en el suelo y trabajan en oficios donde ganan lo justo y necesario para subsistir. Dos antiguos miembros del grupo demandaron a Yo en 1996 y en 1997 se les unió otro miembro. Alegaron que les controlaba la mente a través de la privación, del aislamiento y del ayuno. El caso fue resuelto extrajudicialmente. Una mujer le demandó por acoso sexual. Mark Heinemann era un miembro aparentemente saludable del grupo que falleció a causa de una neumonía tras una carrera de 48 horas.







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