La Guerra Civil Española es uno de los lugares comunes más trillados de la cinematografía y la literatura española contemporánea. El lector y el espectador tienen la sensación de haber visto y leído todo sobre el acontecimiento más incivilizado de nuestra reciente historia y por tanto cualquier aproximación a este terreno se hace costosa por saturación. Lo que ocurre es que volver la vista de la mano de alguien con una prosa tan solvente como la del querido Francisco Ayala, anula cualquier prejuicio de ese tipo.
Estos cinco breves relatos publicados conjuntamente en el año 1949 giran en torno al conflicto armado aunque rápidamente se percibe que la guerra es un elemento omnipresente pero no protagónico, ni siquiera coetáneo. Son relatos vertebrados siempre por un hecho incierto, o misterioso o truculento que capitaliza el interés del lector y que sirve a Ayala para adentrarse en los conflictos de los protagonistas y las circunstancias que los rodean.
En sus páginas encontramos el misterio de un mensaje ininteligible y críptico dejado en un hotel de un pueblo pequeño y que tiene intrigados a sus habitantes; una muerte absurda, en un frente tranquilo de la guerra civil española, que marca a su protagonista; la inquietante y misteriosa figura en la que se ha convertido el amigo de un refugiado español que vuelve a su Galicia natal tras diez años de exilio; el sorprendente descubrimiento de una rama familiar en Fez, que exorciza recuerdos no deseados sobre la familia más cercana y el conflicto armado; el calvario de la ocultación, supuestamente provisional, de un miliciano en su propio hogar tras la victoria del frente nacional.
En todas esas historias nos encontramos ante un mundo transformado por el conflicto, un mundo que en muchos aspectos parece que ha perdido su anclaje con la realidad o que dicha realidad está distorsionada por las causas y efectos de la guerra. En ese contexto se entiende el desconcierto de los protagonistas, más allá de los hechos concretos que los provocan. Como dice Ayala en el proemio, el tema de estas narraciones bien pudiera definirse como “la guerra civil en el corazón de los hombres”.
Ayala exprime las historias con un tempo dosificado y su jugo va envenenando al lector que se ve atrapado en la sutil incertidumbre que las hace tan atractivas. Y en ese proceso encontramos retratos de hombres atribulados por sus conflictos personales, influenciados casi siempre por la ominosa contienda que resquebrajó definitivamente a las gentes de este país. No sé si por la destreza y el acierto en el retrato de algunos perdedores o por la calidad literaria y por la exploración de otros caminos argumentales a la hora de enfocar aquel hecho histórico, estos relatos me han recordado a otros posteriores de Alberto Méndez, Los Girasoles Ciegos, otra joya de compilación de narraciones breves en torno a la Guerra Civil. Desde luego no se puede descartar el poder inspirador y la capacidad de influencia de este libro de relatos, una de las obras más reconocidas y valoradas de Francisco Ayala, intelectual de lo más sensato y perspicaz que ha transitado en nuestra literatura contemporánea.
FUENTE, elplacerdelalectura.com
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